domingo, 25 de diciembre de 2011



El narcotráfico marca las pautas mediáticas a los periodistas mexicanos
Los periodistas siguen teniendo problemas  a la hora de ejercer su profesión y sus culpables: el narcotráfico y el mismo Estado de la nación.
Ya son 89 periodistas asesinados en México por los Narco-estados  y más de 200 denuncias por amenazas y hostigamientos,  lo más dichoso: ninguno de estos casos han sido investigados además de que el propio Estado justifica la muerte-desaparición del profesional.
Territorios como Michoacán, Zacatecas, Coahuila, Durango, Sonora, Chihuahua, Guerrero o Nuevo León están siendo sometidos al control de los narcotraficantes y sus respectivos medios locales se ven obligados a aceptar sus condiciones, de lo contrario, supondría la baja de muchos de sus trabajadores. Como explica  en El País Javier Garza, director de “El Siglo de Torreón”: “hemos tenido que tomar muchas medias de seguridad”. Además de contratar seguridad privada se ven obligados a no acudir a los lugares de los crímenes si antes no ha ido el ejército, no llevar identificación periodística o incluso como señaló David Espino (periodista mexicano) en Periodismo Humano, se han visto forzados a llevar bata de médico forense para camuflarse.
En estos momentos México vive una situación atroz, donde los derechos se ven vulnerados día tras día y el propio gobierno es incapaz de poner solución a ello. La lucha por la supervivencia del periodista es inmensa, el propio gremio ha tenido que tomar cartas en el asunto y poner remedio a esta enfermedad que cada vez parece más crónica. Sara Lovera, periodista mexicana, afirmaba en una entrevista en RTVE que ellos mismos han tenido que crear casas de acogidas para protegerse de su propio país.
 “Este conflicto es peor que estar en una situación de guerra ya que en estos momentos no sabes a quién entrevistar, no sabes a qué bando pertenece cada uno e incluso las autoridades ya no son fuentes de fiar”, así lo explicaba en El País Marcela Turati, periodista de la revista Proceso.
La única salida que ven es ayudarse entre ellos e intentar seguir denunciando para no quedar impunes.  Los profesionales que deciden quedarse y seguir investigando casos relacionados con este tema arriesgan su vida y las de sus familias. Turati en una entrevista en El País, relataba  como un compañero, periodista norteño, al conocer la noticia de que un comando había sacado a otro colega de su casa, frente a su familia, él mismo decidió despedirse de su familia y esperar sentado en una silla a que pasaran a por él. Por suerte este norteño sigue aún con vida.
Y qué hace un profesional de la información cuando ve que su trabajo es censurado y limitado y ni siquiera su propio gobierno, elegido democráticamente, que supuestamente garantiza y salvaguarda los derechos fundamentales, es capaz de sobrellevar esta situación. Peor aún. Qué hace un periodista cuándo sabe de primera mano que su gobierno está metido de por medio en el narcotráfico. Cómo actuar cuando Felipe Calderón, actual presidente, está demandado  por activistas y ONG de cometer crímenes de lesa humanidad por considerar que su lucha contra el narcotráfico ha supuesto más de 50.000 muertes. 
Ésta es la situación actual en México, y por desgracia no parece que vaya a cambiar a corto plazo. Pero no es concebible que se acepte, no puede seguir muriendo gente inocente sin condenar a sus culpables.  En el documental El sicario room 164 muestra explícitamente cómo está organizado el narcotráfico y cuáles son sus vínculos con las diferentes administraciones públicas. No hay refugio al que acudir. Bienvenidos a México, tiene usted permiso

domingo, 20 de noviembre de 2011

¡Extra, extra! No es otro estúpido análisis de las elecciones


Como diría Bersuit Vergarabat “Se viene el estallido”. Una vez más España y los españoles reafirman el bipartidismo. Resulta ser una cuerda, un tira y afloja, ¿y ahora qué, nos esperan 8 años de gobierno popular? Parece ser que somos un país con un futuro previsible, aquí los imprevistos no están bien vistos, ¿será por eso que cada vez hay menos videntes?, normal se aburren de ver siempre lo mismo y la gente dejar de acudir porque la política marca nuestro compás y ritmo de vida. Y digo el estallido porque algunos de nosotros no paramos de leer, escuchar o ver noticias que nos dejan boquiabiertos produciendo un hervor de sangre y unas ganas inmensas de estallar. El surrealismo ha llegado a su punto máximo, la absurdez llena salas enteras de mítines políticos y aún así seguimos con la misma retahíla: ¿a quién vas a votar al PSOE o al PP?
Haciendo encuestas preelectorales me he dado cuenta de que mucha gente no tiene ni idea de nada, pero más de lo que os podéis imaginar. He presenciado contestaciones como: “soy de derechas porque mi madre desde que me daba la teta me dijo que era de derechas, pero no sé lo que significa” o “yo voto al PSOE porque toda mi familia lo hace” y al preguntarle en qué punto de la escala ideológica colocaría usted a este partido me conteste: “¡ah! Yo no sé si es de izquierdas o de derechas”. Entiendo que mucha gente ahora mismo no sabría ubicar al PSOE en esta escala porque su política ha cambiado, pero si lo votas, deberías saber lo que eliges. Pero mi enervación se produce cuando me dicen que votan a los socialistas pero prefieren que gane el PP, yo me quedo anonadada (me encanta esa palabra), e insisten en que tienen esperanzas de que ese partido saque a España de la crisis. Mi reacción es ¿eing? Debo seguir trabajando y marcar las opciones que me dicen.
Señores, España sufre de un profundo y avanzado Alzheimer. Parece que aquí nunca hubiese gobernado el partido popular, sin embargo a día de hoy gobierna 11 de las 17 autonomías españolas. Sabemos su política, sabemos cómo gobiernan, y aunque no aclaren su programa electoral sabemos cuáles son sus prioridades: jugar al Recortapoly, como bien indicó Jordi Évole.
Sin embargo hay que apreciar la buena oratoria y concreción de los populares. Se nota que ven el canal del método Vaughan, para aquellos que no lo conozcan: supone aprender la gramática inglesa oralmente a base de repetición de frases. Por ejemplo: “Laura dile a María que a su vez le diga a José que mañana no iré a patinar” Y se repite sucesivamente sin añadir más información, sólo cambiando los tiempos verbales. Veamos la práctica de este método en el PP:
“Sabemos lo que hay que hacer y lo vamos a hacer; y por eso hacemos lo que hemos dicho que íbamos hacer y por eso seguiremos haciendo aquello que nos toca hacer a pesar de que alguno no se crea que vamos hacer lo que hemos dicho que íbamos hacer”
Sin palabras, reto superado.
Eso sí, como su política sea como sus discursos, agarraos bien a los asientos porque este avión se va a pique.